lunes, 25 de agosto de 2014

Parecidos entre España y China

Por fin puedo actualizar! Es que estoy de vacaciones en Chipiona y tenemos horario restringido de internet, y encima funciona cuando le apetece. No sé si habéis venido a Chipiona (provincia de Cádiz) alguna vez, pero es famoso en el mundo entero por ser el pueblo natal de "La más grande", es decir, Rocío Jurado. Según el censo de 2012, en Chipiona hay censados 18.849 habitantes, pero en verano la población se multiplica por 8 o 9. Cuando yo era pequeña hasta recuerdo cortes de luz porque no había electricidad para tanta gente. Una vez se apagó hasta el faro (que por si no lo sabéis es el faro más alto de España, y el quinto del mundo).

Hoy quería hablar de los parecidos entre China y España (o bueno, al menos Chipiona, que es donde estoy haciendo mis observaciones). De las diferencias ya hablé hace unos meses. Vamos pues con estos parecidos razonables:

- Los abuelos se ocupan de los niños
No es como en China, donde los padres dejan al niño con los abuelos en el pueblo, se van a trabajar a otra ciudad y solo ven a su hijo una vez al año, pero en verano muchos abuelos españoles también se encargan de los nietos. Es que, claro, los niños tienen tres meses de vacaciones y los padres solo uno, a ver qué haces con el niño los dos meses restantes. Pues o lo mandas a un campamento (he de confesar que yo nunca he ido a uno), o a estudiar inglés al extranjero si tienes pasta, y si no pues la mejor opción es mandarlo con los abuelos, al pueblo o a la playa, donde veraneen ellos. Yo venía a Chipiona con mis abuelos desde que tenía tres años o así.
Según mi tía Núria, que estará leyendo esto (holaaaa), la palabra que más se oye en la playa de Chipiona es: "¡¡Abuelaaaaaaa!!".

- Tan escandalosos como los chinos
Hay muchos extranjeros en China que se quejan de lo ruidosos que son los chinos. Eso debe ser porque nunca han venido a España (o a Italia, o a Grecia, donde los camareros te llaman a voces para que entres en su restaurante y si no entras te mentan a los antepasados). Para que Miss Y. no se enfade diremos que al menos los españoles no se ponen a dar voces en la puerta de tu habitación de hotel a las 6 de la mañana, pero el barullo en los restaurantes y lugares públicos no nos lo quita nadie.

- Parecidos gastronómicos
Los churros/porras españoles y los 油条 youtiao chinos son básicamente la misma idea, masa frita. Vaaale, nuestro aceite es mejor. Pero la idea es la misma, solo que ellos se los toman con soja exprimida y nosotros con chocolate caliente.
¿Y las tapas qué? Es el mismo concepto de los 小吃 xiaochi o incluso el dimsum, porciones pequeñas de comida para que puedas probar varias cosas.

Churros con chocolate españoles.

- Playas petadas
Todos los veranos sacan en las noticias las imágenes de "playas chinas en las que no se ve el agua de la cantidad de gente que hay", pero qué queréis que os diga, aquí tampoco nos quedamos cortos. Cuando hay marea alta en la playa de Regla no cabe un alfiler.



Y voy a poner dos cosas más que no puse en el blog en inglés. Una se me olvidó y la otra es para no ganarnos fama de cerdos por el extranjero.

- Juegos de cuatro personas
Los jubilados en China se pasan las horas muertas dándole al mahjong. Los jubilados veraneantes en Chipiona se ponen delante de mi ventana a jugar al dominó, y ahí están todo día durante todo el verano.

Al lío.

- Niños haciendo sus necesidades en la calle
Esto causa siempre un gran revuelo en internet. Vale que en España no nos meamos/cagamos en aviones, aeropuertos, trenes, etc, pero estos días he visto a varios padres poniendo a mear/cagar a los niños en la calle, en una zona llena de restaurantes donde podrían haber entrado para que el niño fuera al servicio. Una madre hasta le limpió el culo al crío y dejó los papeles allí al lado de la puerta de una casa. ¡¡Marranos!!


¿Se os ocurre algún parecido razonable más?

lunes, 11 de agosto de 2014

Visita al templo en el día de los fantasmas

Ayer fuimos a visitar un templo que hay a las afueras de Suzhou: 灵岩山寺 o Lingyan Mountain Temple. Es un templo budista y como su propio nombre indica está en la cima de una montaña. Para llegar hay que "escalar la montaña", o como dicen los chinos, 爬山 (pashan). Pero no penséis que hay que ir preparado con botas de montañero, que se va por el medio del campo, ni nada: las montañas chinas están pavimentadas y tienen escaleras.

"Escalando" la montaña.

Se tarda solamente unos 20 minutos en llegar a la cima y por el camino se puede ir parando en los distintos miradores para ver el paisaje (ayer había niebla/polución y se veía más bien poco). También hay un pequeño bosque de bambú ("el restaurante de los pandas", C. dixit. No vimos ningún panda. Ooooh!).

El templo Lingyan me cayó simpático nada más llegar porque la entrada solo cuesta un yuan. ¡¡Un yuan!! Al principio pensé que ese era el motivo de que hubiera tanta gente, pero no: resulta que era el Festival de los Fantasmas, también llamado Festival de los Fantasmas Hambrientos, el día en el que los espíritus visitan el mundo de los vivos! (En chino se llama 中元节 zhongyuanjie o 鬼节 guijie). Así que mucha gente va al templo a hacer ofrendas.

Lo rojo son sacos de dinero de papel que se quema para los espíritus.

El templo tenía bastantes cosas para ver, había un par de salas de oración con las típicas estatuas de Budas, un par de estanques con tortugas, una pagoda, un jardín, un huerto... También nos metimos por la zona privada, donde viven los monjes (había un montón), hasta que un monje nos echó amablemente. ¡Horas de diversión por un yuan!


Había mucha gente, sí, pero no en plan abarrotado (拥挤 yongji) sino bullicioso (热闹 renao).

El patio de las fregonas de los monjes (justo antes de que nos echaran).

La vista desde el jardín trasero.

A la salida había un señor haciendo figuritas con hierbas. Compramos un saltamontes por tres yuanes. ¡¡Tres yuanes!!
Los hacía en el momento.

¡Tachán! Nuestra nueva mascota.


miércoles, 6 de agosto de 2014

El verano en Suzhou

¿Qué se puede hacer en verano en Suzhou? Yo había hecho muchos planes, que si ir aquí, que si ir allá, a ver cosas, la pagoda de no sé qué, el mercado de plantas y animales, hacer fotos, bla bla bla, pero la realidad es que... hace calor. Y humedad. Según una aplicación que tengo en el móvil, hoy hace 35 grados pero la sensación térmica es de 47. Y entonces pues no te entran ganas de ir a ningún sitio. Te quedas en casa con el aire acondicionado, y como mucho vas al centro comercial (con aire acondicionado) o a la piscina.

Este año hemos encontrado una piscina más barata. A la que íbamos el año pasado, que estaba chulísima y en un residencial pijorro, ya no se puede ir. Ahora es solo para los pijos que viven allí. Así que hemos tenido que buscar una piscina nueva. Como decía, es más barata (30 yuanes si dices que vives en ese residencial) pero tiene tres grandes inconvenientes: 1) abre a la una de la tarde; 2) hay que ponerse gorro para nadar y 3) solo hay tres tumbonas.



Llevar gorro en una piscina descubierta no mola nada. Pero bueno, es lo que hay.
En esta piscina también hay un montón de socorristas que están toooodo el día dándole al silbatito para que los niños no se metan en la parte honda (que solo cubre metro y medio, pero bueno). Eso sí, el otro día un puto niño gordo estaba salpicando a otro al lado de donde estábamos nosotros y nos puso pingando y el socorrista que había al lado no dijo ni mu.

No he visto a ninguna señora con facekini en la piscina. Pero sí a muchas con camiseta y hasta traje de neopreno. No se vayan a poner morenas y las confundan con campesinas, por dios santo.

Es una pena que Nico no pueda ir a la piscina, con lo bien que se lo pasaría. Así que un día la llevamos a una fuente.



Fue todo un espectáculo. Aunque bueno, los chinos en realidad se paran a mirar cualquier cosa. El otro día había unas 30 personas en un puente mirando el canal que pasa por debajo, cuando me acerco a ver qué pasaba, pues qué va a pasar, que había un señor con un cazamariposas sacando las algas del canal. Y 30 personas mirando. Qué interesante.